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Kidd Voodoo hizo historia en la música chilena con el primero de sus siete Movistar Arena

Era uno de los hitos más esperados por la escena musical en Chile y en efecto, la noticia traspasaba la frontera del género urbano, ya que el fenómeno que ha generado Kidd Voodoo vendiendo siete Movistar Arena ha tenido una repercusión más allá del exitoso momento que vive toda una generación de músicos chilenos.

La sensación era de expectativa y desde tempranas horas el público lo fue demostrando a medida que se acercaba el momento del show. 15 mil fanáticos y fanáticas llegaron hasta el recinto motivados por un deseo de escuchar, cantar y bailar los éxitos del sátiro.

El inicio de la jornada fue en familia, ya que el encargado de abrir los fuegos en el opening fue nada menos que su hermano Felipe Blessded, quien poco a poco comienza a buscar su espacio dentro de la escena. Una vez terminado el show del telonero de la jornada, vino la ansiada espera del público que lentamente llenaba los espacios disponibles. Minutos más tarde, el blackout dejó una estela de gritos ensordecedores que no daban tregua, e indicaban que el espectáculo comenzaba a nacer.

Figuras humanas con túnicas negras portando una especie de vela con tenue luz, rodearon el escenario al son de una incipiente melodía. Eran los acordes del inicio de “El Final”, la primera de las treinta canciones que componían el setlist de la primera noche de Voodoo. Luego llegó la canción “Dándole”, “Un día”, “High”, “Satirología” y Grabándote”. A esa altura el público enloquecía en medio de la figura del chileno, quien en un inicio se mostró con una máscara que cubría la mitad de su rostro y vestido de un sobrio jeans y chaqueta de cuero negra.

De sorpresa en sorpresa

Varios fueron los momentos que impactaron al público, quien agradeció cada uno de los regalos de la jornada y cómo no, si pudieron gozar de la presencia de artistas como Young Cister (“Fashion girl”); Easykid (“Mal, mal, mal”); Jere Klein (“Whisky a la rocka”); Katteyes (“Tas texteando” y ”Ponte lokita”), además de Los 4 Fantásticos con quienes interpretó la ya clásica “Enrolar Remix”.

Uno de los momentos más destacados se vivió cuando en la previa de “Angel para un final”, las pantallas mostraron un video del cantante urbano Galee Galee y posteriormente del animador de TV Felipe Camiroaga, ambos fallecidos hace algunos años, lo que convirtió ese momento en uno de los más comentados de la noche entre la emoción que generó además un bello acompañamiento a cargo de una pequeña orquesta sinfónica.

El final no pudo ser más espectacular ya que al término de “Ángeles”, un prolongado silencio dio paso a un reloj digital gigante que mostró un minuto de cuenta regresiva, la que culminó con un cierre espectacular junto a Los Bunkers para presentar “Bailando solo”, la que transformó el recinto en una discotheque. “Debo aterrizar” fue la canción que coronó la noche y que los penquistas grabaron recientemente con Kidd Voodoo.

Una jornada que tuvo un marco increíble de público, la espectacularidad de una cuidada puesta en escena, el hito histórico del artista y por cierto momentos inolvidables junto a invitados especiales que hicieron que el factor sorpresa se mantuviera latente durante las más de dos horas que duró el concierto.